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El Goliat de las montañas - Lasterketak.eus El Goliat de las montañas - Lasterketak.eus

El Goliat de las montañas

Kilian Jornet, vencedor de la Zegama-Aizkorri, acumula records en un currículo impresionante

Hay quien sostiene que la montaña es una alegoría muy evidente y simplificada de la vida. Es difícil resumirlo mejor. Su práctica va unida a un estilo de vida saludable. Hacer deporte en armonía con la naturaleza es una buena combinación. Suena atractivo. Pero la competición deportiva ha entrado con fuerza en los últimos años. Y el catalán Kilian Jornet es, tal vez, su exponente más claro. Un auténtico récordman.

Tiene 23 años, nació en Sabadell aunque reside en Font-Romeu (Cerdanya francesa) y es una fuerza de la naturaleza. El Goliat de las montañas. El domingo venció por cuarta vez -segunda consecutiva- en la maratón Zegama-Aizkorri, que celebraba su décimo aniversario, segunda carrera de la Skyrunner World Series. Completó los 42,195 kilómetros en poco menos de cuatro horas tras cubrir un desnivel acumulado de 5.472 metros. Una barbaridad sólo reservada para los elegidos.

Es campeón del mundo de carreras de montaña, de esquí de travesía y tiene muchas gestas en su haber. Por ejemplo, subió y bajó el Kilimanjaro (5.891 metros), el techo de África, en sólo siete horas y quince minutos. Nadie lo ha hecho en menos tiempo. Kilian pulverizó la marca anterior en más de una hora, que estaba en manos del tanzano Simón Mtuy. Estamos hablando de una cima que casi alcanza los 6.000 metros, lo que exige una dura aclimatación a la altura. Además de tener que superar 4.000 metros de desnivel acumulado. Una locura.

Varios hitos
Otro hito de su carrera deportiva llegó cuando atravesó corriendo el Pirineo de lado a lado (Hendaia-Cap de Creus) en apenas ocho días. Fueron 830 kilómetros y 40.000 metros de desnivel positivo. Para que se haga a la idea, los que lo hacen andando siguiendo el sendero GR-11 necesitan un mes y medio en condiciones normales… El plan de Kilian consistió en correr entre diez y trece horas diarias, almorzar sobre la marcha, cenar al final del día y descansar por la noche. Se dice fácil.

No voy a seguir con sus hazañas porque, entre otras cosas, no quiero que siga con la boca abierta. Pero su figura apenas trasciende más allá del universo montañero. Kilian practica un deporte minoritario. Y la rentabilidad está hoy por encima del mérito en el deporte profesional. Es una pena, pero esto funciona así. Aún así, famosos deportistas de este país han profesado en más de una ocasión admiración ante sus logros. Como es el caso de Carles Puyol, defensa del Barcelona.

La alpinista francesa Chantal Maudit decía que «persigo la felicidad. Y la montaña responde a mi búsqueda». Kilian es de una opinión parecida: «Desde que éramos pequeños, la montaña ha sido nuestro terreno de juego. Vivíamos en un refugio antes de empezar a ir a la escuela. Y siempre estábamos subiendo montañas y trepando por los árboles».

El atleta catalán, que se marcha a Grecia en unos días para batir el récord de la ascensión al monte Olimpo, añade que «lo que más me gusta de la montaña es la sensación de libertad, el contacto con la naturaleza. Además, no tiene nada que ver subir a la misma cima en otoño que en primavera, en verano o en invierno». Efectivamente, ésa es la magia de la montaña. Siempre la misma. Siempre diferente.

Iturria: www.diariovasco.com – MIKEL MADINABEITIA

 

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