Patxi Caminos ascendió a la cumbre doce veces en el transcurso de 23 horas
A la tercera va la vencida. En esta ocasión se ha cumplido el dicho popular y Patxi Caminos ha subido y bajado 12 veces al Txindoki en 23 horas. La primera la realizó en 1 hora y 25 minutos. Toda una hazaña que este vecino de Abaltzisketa comenzó el sábado a las 17 horas y se prolongó hasta las 16 horas del domingo. Marca que ha sido registrada y fue seguida por muchos vecinos, amigos y curiosos en torno al Txindoki.
La dura prueba comenzaba desde la puerta de Larraitz hasta la cima del Txindoki, superando un desnivel de más de mil metros de altitud.
«Cansado, pero contento», así se mostraba Caminos despúes de realizar su gesta. «Hoy -por ayer-me siento como un abuelo de 80 años, tengo todos los músculos del cuerpo agarrotados» pero nadie le quita a Patxi Caminos la satisfacción de haber visto cumplido un sueño.
Un sueño que comenzó hace dos años, cuando el de Abaltzisketa quiso romper la marca establecida por el corredor de montaña, Iker Karrera. El 31 de julio de 2004, este amezketarra logró realizar once vueltas hasta la cima del Txindoki. Patxi Caminos se marcó la meta de superar ese logro y comenzó con los entrenamientos «en serio» en 2008.
«Tras varios meses de entrenamiento fijamos la fecha de la prueba en junio de 2009». En ese primer intento el vecino de Abaltzisketa no lo logró. Abandonó en la séptima vuelta despúes de trece horas corriendo.«No me sentí bien, me mareé y creímos que lo mejor era abandonar», recuerda Caminos.
La retirada pasó gran factura al corredor. «Fue muy duro psicológicamente para mí. Desde entonces la imagen de abandono ha pesado sobre mi espalda como una gran losa».
Casi un año despúes llegó el segundo intento. Su intención era lograr su objetivo en julio de este año, pero coincidió con la celebración de la prueba de Ehunmilak, lo que rompió los planes de Patxi.
«Llovió y tras el paso de los corredores que participaron en la prueba, el terreno estaba resbaladizo y en un despiste, me caí».
El fuerte golpe recibido en la espalda hizo que se retirara y siguiendo la indicación de su médico se trasladó al hospital para descartar una rotura.
Ni el desfallecimiento de 2009 ni la caída de 2010 hicieron que Patxi se quitara de la cabeza su intención de hacer doce subidas al Txindoki.
«Fue duro, muy duro, pero me quedo con la satisfacción de haberme probado a mí mismo que era capaz de hacer esta prueba. Además, ha desaparecido la duda que surgió tras mi abandono y eso me tranquiliza».
Asegura que en ningún momento pensó en abandonar. «La séptima vuelta fue muy dura, aunque seguimos. En la décima,decidimos llegar hasta las doce vueltas, aunque en los entrenamientos logré subir trece».
Patxi reconoce que a su lado han sufrido su familia y en especial su madre. «Cuando acabé la vuelta número doce y ví a mi hijo, y despúes a mi madre me dí cuenta de que lo había conseguido. Fue un momento muy especial que no olvidaré».
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