Permanecen en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Donostia los tres corredores de la Behobia-San Sebastián que tuvieron que ser ingresados el domingo tras participar en la carrera. La evolución de los tres es favorable según datos a los que tuvo acceso DV, pero los tres permanecerán al menos 48 horas en la UCI después de haber llegado al servicio de urgencia del Hospital en un estado especialmente delicado.
El centro hospitalario donostiarra no ofreció datos sobre el estado de los tres pacientes sometidos a vigilancia intensiva, pero fuentes próximas a la organización de la carrera confirmaron que la evolución de los tres corredores era favorable y la preocupación del domingo había remitido en cierta medida.
El balance médico de una carrera marcada por el calor y el viento sur ofrece unas cifras llamativas. Los servicios de DYA y Cruz Roja atendieron sobre el trazado de la carrera a cerca de doscientos corredores, una cifra escasamente inferior necesitó atención tras pasar la línea de meta hasta situar el número de corredores con problemas en torno a los 380.
Cuarenta de ellos fueron derivados a los servicios de urgencia hospitalarios ante la mayor gravedad de los problemas que sufrían. De ellos 28 recibieron el alta el mismo domingo, nueve quedaron ingresados en observación y tres más tuvieron que ser ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Fueron por tanto doce los corredores que pasaron la noche del domingo al lunes en el centro hospitalario de San Sebastián. Ayer lunes dos recibieron el alta, pero los otros diez pasaron una segunda noche ingresados. Dos de los pacientes que permanecían en observación fueron trasladados a planta, mientras los otros cinco continuaron ingresados en urgencias.
La preocupación del Fortuna
Enrique Cifuentes, presidente del Fortuna, club organizador de la carrera, no ocultó su preocupación por lo sucedido, pero quiso acercarse a la realidad de la carrera y a los riesgos de una prueba de esta envergadura: «Estamos de acuerdo en que hay que seguir insistiendo en la prevención. Los corredores populares cada vez son más conscientes de que hay que prepararse adecuadamente para salir en la Behobia. Somos reacios a establecer prácticas impositivas. Podemos recomendar cuidados especiales y controles médicos. De hecho cada vez son más los corredores que se los hacen. César Elordui, fallecido en la edición del año pasado, era el ejemplo de la seguridad personificada. Era un corredor semiprofesional que cuidaba hasta el último detalle su preparación. Sus controles periódicos no pudieron evitar aquella desgracia».
Fue más allá: «El sedentarismo también provoca muchas muertes. Somos personas adultas, responsables de nuestros actos y cada uno decide hacer libremente lo que le apetece. Sí estamos de acuerdo en poder coordinarnos en algunos tramos del recorrido con los efectivos de la DYA para intentar evitar que un corredor siga en carrera corriendo un riesgo innecesario».
Otro debate es el que atañe a la edad mínima para poder participar en la Behobia-San Sebastián. Son 16 años segun el reglamento federativo. Con esa edad no necesitan la firma de sus padres o tutores para correr, pero la pregunta permanece. ¿Un joven de esta edad en fase de desarrollo se debe someter a tanto esfuerzo? Cifuentes reconoció que «es un tema delicado y a tener muy en cuenta. Internamente vamos a reflexionar al respecto».
Este año la meteorología fue un verdadero lastre para los 19.877 corredores que tomaron la salida en Behobia. De ellos sólo 202 no consiguieron llegar al Boulevard donostiarra. «Hemos tenido dos momentos de mucha tensión, uno en los momentos previos a la salida, en los que hubo que atender contracturas y rozaduras. El otro en el primer punto de avituallamiento. No nos quedamos sin agua porque allí era de la red pero las mangueras no daban abasto para sacar tantos vasos de agua. No se reponían a la misma velocidad que se vaciaban».
Iturria: http://atletismoatope.diariovasco.com – M. J. SILVANO